4º de la Eso. Colegio Antonio Gala
Esta historia comienza la mañana del 23 de Noviembre, aparentemente un día
como otro cualquiera. Como de costumbre me levanto con mucho esfuerzo ya que
por más que quiero se me cierran los ojos, me visto y me preparo para otro día
más de instituto. Sin embargo hoy es un día especial, hoy tenemos una
excursión. Nuestra profesora de física y química nos ha preparado una visita a
la Universidad de Sevilla concretamente a la Facultad de Física.
Al llegar allí nos recibe un profesor y nos invita a pasar a un laboratorio. ¿Qué cómo era este
laboratorio? Puede que para otros de mis compañeros fuera un sitio común sin
nada que destacara, sin embargo a mi me llamó mucho la atención. Nada más
entrar sentí cierto interés por saber, por conocer, o simplemente por imaginar
todos los experimentos que podrían realizarse en aquel lugar. Era como los
laboratorios que salen en las películas. Siempre había deseado estar en uno y
ahora lo estaba.
Me sumergí en mi mundo pero entonces
volvió a hablarnos aquel profesor, nos dijo que tomáramos asiento y así fue.
Se hizo el silencio, y el profesor se presentó nos dijo que se llamaba Juan
y que nos iba a enseñar algunos conceptos básicos de física mediante una serie
de experimentos.
Para empezar pidió un voluntario o voluntaria, normalmente soy bastante
tímida pero en aquel instante no me lo pensé dos veces levanté la mano.
Juan, me dio un par de pesas de un kilo cada una, cogí una con cada mano y
me senté en una silla giratoria, él le dio un pequeño impulso a la silla para
que comenzara a dar vueltas entonces me dijo que abriera los brazos que hasta
el momento había llevado pegados al cuerpo tal y como él me había dicho
anteriormente, por sorpresa al abrir los brazos la velocidad a la que mi cuerpo
giraba disminuyó y cuando volví a pegar los brazos al cuerpo esta aumentó. Tras
repetir este procedimiento varias veces Juan paró la silla y nos dijo que esto
sucedía por que cuando los brazos están abiertos la masa está más repartida, y
esto frena a nuestro sólido rígido, es decir a mí.
Tomé asiento de nuevo y comenzamos nuestro segundo experimento, donde
también utilizamos la silla giratoria, en esta ocasión uno de mis compañeros
sujetaba en sus manos una rueda, Juan la hizo girar, y cuando este compañero
giraba la rueda hacia uno de los lados la silla giraba en ese mismo sentido,
esto sucedía porque la energía de la rueda se trasmite a través del cuerpo de nuestro
compañero y pasa a la silla.
Hicimos muchos más experimentos como:
-
Observamos dos pelotas, una de baloncesto y otra de
tenis, y Juan nos preguntó cuál de las dos llegaría antes al suelo, llegaron
las dos a la vez, ya que tras comprobarlo con una serie de formulitas llegamos
a la conclusión de que la masa no influye, la aceleración de la gravedad es la
misma para ambos cuerpos.
-
Con estas dos mismas pelotas realizamos otro experimento: Juan coloca la
pelota de tenis sobre la de baloncesto, y nos pregunta qué pasará si las deja
caer, como de costumbre empiezo a darle vueltas a la cabeza y en tan sólo unos
segundos llego a la conclusión de que al caer la pelota de baloncesto le
transfiere la energía a la de tenis y esta sale disparada hacia arriba, y
efectivamente mi hipótesis es correcta.
-
Otro de los experimentos que realizamos fue con un
generador de Van der Graaff, con este realizamos varias pruebas, pero la que
más me llamó la atención fue una en la que colocábamos sobre el acelerador de
partículas unos cuenquitos de aluminio, Juan nos pregunta que sucederá al poner
en marcha el generador, nuevamente le doy vueltas al coco y llego a otra
conclusión, los cuenquitos de aluminio salen disparados hacia arriba ya que
sabemos que la carga del generador es negativa y al transmitirle esta carga a
los cuenquitos estos que antes eran neutros, adquieren carga negativa y por eso
se repelen y salen disparados por los aires.
-
Otro experimento era sobre la energía, nos hablaba de
cómo las partículas del agua se dividen en oxígeno e hidrogeno, al darles calor
con una placa solar y al unirse de nuevo dan lugar a la energía.
-
Después utilizamos la energía calorífica, un ejemplo
claro de la locomotora.
-
Vimos como un globo que se mete en un recipiente al
que se le extrae la presión aumenta de tamaño, ya que los gases tienden a
ocupar todo el espacio posible, vimos como la temperatura de ebullición del
agua es menor si hay menos presión, y además aprendimos que si juntamos por
ejemplo dos embudos y les extraemos la presión que hay en su interior, estos
son imposibles de separar ya que la presión externa los empuja para que
permanezcan unidos.
-
También Juan nos explicó algunas aplicaciones de la
física en el estudio de materiales de construcción.
Pasamos a la otra parte del laboratorio, allí empezamos a hablar de ondas,
ondas sonoras y luminosas, Juan nos explica cómo se transmiten, y nos habla de
dos tipos, ondas longitudinales y ondas transversales.
Una vez terminados todos estos experimentos Juan se despide de nosotros y
comenzamos a salir.
Comienzo a pensar, y me doy cuenta de que he cumplido una de las cosas con
las que soñaba al entrar en este laboratorio, he hecho varios experimentos en
él, pero aun así tengo curiosidad por seguir descubriendo cosas, me doy cuenta
de que realmente me gusta la física, de que sé más de lo creo saber, de que
tengo una capacidad para pensar y sacar conclusiones bastante rápida, entonces
retrocedo vuelvo a entrar en el laboratorio, donde Juan y mi profesora Mari Paz
están hablando, cuando finalizan su conversación me acerco a Juan y le pregunto
si él es profesor de física en la facultad, el me dice que es profesor de
física pero en otro lugar, y me anima a estudiar física.
Durante el camino hacia el autobús me acuerdo de esta mañana, cuando me
levanté como otro día cualquiera, y me digo a mí misma: hoy no ha sido un día
cualquiera, hoy me he dado cuenta de que aunque no sepa muy bien que profesión
quiero tener en un futuro, sé que va a estar relacionada con la física, ya que
hoy me han enseñado que siempre hay un por qué de las cosas, y yo quiero descubrirlo.
Laura Ramos Castillo
4ºA